Una mudanza es el comienzo de una nueva vida, del traslado a un nuevo hogar. Nuevo barrio, nuevos vecinos, nuevas ilusiones… Pero también estrés, dudas y cansancio. Es un momento para hacer limpieza de todo aquello que hemos ido acumulando innecesariamente y que ahora debemos valorar si tiene o no que seguir con nosotros.
Calcular el presupuesto, elegir una empresa de mudanzas que tenga precios competitivos y nos ofrezca un transporte y unos servicios garantizados no tiene por qué convertirse en una pesadilla. Una buena organización y seguir los consejos que a continuación te detallamos te ayudará en tu próxima mudanza.
- Programa con tiempo el día de la mudanza. Lo mejor es reservar con la suficiente antelación los servicios de una empresa de mudanzas. Te recomendamos que lo hagas al menos con dos meses de antelación. Así también podrás comparar precios.
- Determina tu presupuesto. Tienes que tener en cuenta el volumen de elementos que vas a trasladar y los kilómetros del desplazamiento.
- Deshazte de lo que no necesites. Sí, ahora es el momento. Piensa que cuantas más cosas te lleves, más costosa será tu mudanza. Si no sabes qué hacer con lo que te sobra, puedes realizar donaciones o venderlo en tiendas o portales de segunda mano.
- Haz una limpieza en profundidad de tu nueva casa. Así cuando llegues sólo tendrás que desembalar y colocar tus pertenencias.
- Confecciona una lista o inventario de lo que te vas a llevar. Una idea es clasificarlo por habitaciones o por personas. Este sistema también es útil a la hora de etiquetar las cajas.
- Recopila cajas. Mejor si tienen asas. Utiliza las más pequeñas para los objetos pesados y las grandes para los ligeros. Haz acopio de periódicos viejos, espumas, plástico de burbujas, mantas y sábanas viejas. No te olvides tampoco de unas tijeras, cinta de precintar y rotuladores. Te serán muy útiles a la hora de embalar.
- Etiqueta y numera bien las cajas. Es algo fundamental para luego llevar un orden cuando desembalemos: “Cocina: caja 1 de 5”. Comienza empacando los objetos que menos uses. Distribuye bien el peso en las cajas (no más de 20 kg en cada una), pero que no queden espacios vacíos dentro de ellas para evitar que se golpeen al moverse. Puedes utilizar cajas armario para la ropa y así no tienes que sacarla de las perchas.
- Descongela el frigorífico con al menos un día de antelación a la mudanza. Así podrás limpiarlo con más comodidad. Si el tuyo es “no Frost”, coloca una toalla vieja o un recipiente para recoger el agua. Es aconsejable moverlo en posición vertical para evitar que se remueva en exceso el gas refrigerante. Una vez en su nueva ubicación debes esperar unas tres horas antes de ponerlo en marcha. Esto es para que se asiente el gas. Nunca está de más evitar averías.
- La lavadora y el lavavajillas es mejor transportarlos sin agua, así que tendrías que vaciarlos.
- Si tienes que desmontar algún mueble te recomendamos que mantengas todos los tornillos juntos. Un truco puede ser dentro de una bolsa pequeña y pegados con cinta de embalar en el interior, por ejemplo, de un cajón.
- Para los cables eléctricos de la tele, el wifi, o el ordenador, lo mejor es que hagas fotos antes de desconectarlos… no vaya a ser que luego te sobren.
- Por cierto, lo ideal para los aparatos eléctricos sería su embalaje original. Si lo tiraste a la basura, deberías protegerlos bien con plástico de burbujas o mantas y cinta de embalaje.
- Los productos inflamables o que puedan derramarse durante el transporte (aceite, vinagre, de limpieza, etc.) puedes llevarlos en cubos o barreños.
- Para los productos de aseo pon un plástico debajo del tapón antes de enroscarlo.
- Anuncia a tus allegados el cambio de domicilio con suficiente antelación. Puedes solicitar también a Correos que te reenvíe las cartas a la nueva dirección.
- Para evitar pérdidas, también es muy útil que tengas siempre amano los documentos y objetos importantes, como joyas y objetos con valor sentimental.